Estás exportando como un campeón, te llueven los clientes. Pero no das más y necesitás contratar freelancers para que te ayuden. Qué recaudos tenés que tomar para poder contratarlos tranquilo?
Una de las principales ventajas que tiene el armado de una estructura en el exterior, es el hecho de poder contratar freelancers o contractors bajo una ley que te beneficie y que no haya sido escrita por Stalin en persona.
Pero cuidado, para hacer esto hay toda una serie de cuestiones que se tienen que cumplir, y simplemente armarte una empresa unipersonal en el exterior para puentear la ley argentina, no te va a servir a estos fines.
Igualmente, la gracia de internacionalizarte es acceder a otros mercados, buscar contractors por todo el mundo, salir del termo.
Si además lo tuyo es una startup, con o sin financiación externa pero que apuesta a meter alguna ronda o un exit en el futuro, entonces hay todo un cuerpo documental que vas a tener que tener si querés pasar un eventual due dilligence.
Hay toda una serie de contratos que una startup debe procurarse a la hora de armar este cuerpo documental. Y no, los templates no sirven para nada. Deben estar hechos a medida para las necesidades de tu empresa.
Al respecto de esto, no digo que todos lo sean, pero te va a ir mejor considerar un vendedor de humo serial a cualquiera que te intente convencer de lo contrario.
Uno de estos contratos, es aquel que deben firmar tus contractors. Aquí vamos a establecer en principio tres cuestiones.
1- Ownership del trabajo.
En Estados Unidos existe la llamada “Work for Hire Doctrine”, qué basicamente dice que el que paga es el dueño de la obra y de sus respectivos derechos. Esto no es así en todas partes del mundo, y tampoco es “obvio”.
Es fundamental que quede absolutamente claro de quien es el trabajo que se manda a hacer, y no solo del trabajo final, sino de las versiones intermedias o desechadas.
En Argentina por ejemplo, es muy común que los freelancers intenten revender 20 veces los trabajos que “no quedaron” cuando un cliente le dijo “mandame 3 opciones y yo elijo”. Y también los que quedaron. El freelancer argentino está absolutamente convencido de que su obra es suya y puede hacer lo que quiera con ella. Y la ley tiende a ampararlos ante la ausencia de contratos (y a veces también con contratos).
2- Garantías
El Freelancer debe ser garante de la autenticidad de su trabajo. Esto vale para trabajo creativo pero también para código. Como podrás imaginarte, agarrar un cacho de código de internet y usarlo deliberadamente no necesariamente sea legal. Aún si es open source.
“Y pero vos me estás diciendo que voy a poder accionar contra un pibe en Vietnam llegado el caso de que se haya afanado el laburo que despúes me vendió?”
Probablemente no puedas, por eso quizás tengas que elegir mejor a tus contractors, y te convenga optar por una agencia seria que por un freelancer random. Son las reglas del juego. Pros, contras, riesgos.
3- NDA
El contractor debe proteger los secretos del cliente. No debe poder romper su deber de confidencialidad respecto de todo aquello a lo que pudiera tener acceso durante el proceso que implica la ejecución de su prestación. A veces esto puede implicar cosas tan sencillas como no dejarlo publicar el trabajo en su propio portfolio.
Si tu cliente se entera que el trabajo que te encargó no lo hiciste vos, sino un pibe en Vietman, puede que el próximo trabajo se lo encargue directamente a él. El cliente puede no saber todo el valor que agregaste a la cuestión, y optar solo por ahorrarse unos mangos.
Antes de terminar, vale también aclarar que la contratación de freelancers o proveedores en USA, puede implicar riesgos tributarios. Llegado el caso el caso de que quien contrates pueda ser determinado tu “agente dependiente”, te estás comprando todas los numeros para la rifa de un hermoso tax bill ante el IRS.
Como pueden ver amigos, nada es tan sencillo en el hermoso mundo de la exportación de servicios, y tener los papeles en regla le sube el valor a tu empresa, y le evita potenciales problemas que la pueden dejar bajo tierra.
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